Investigación

Investigación

Calidad de vida y participación social de los mayores de la AUNEX

  • Fecha Inicio: 20/03/2013
  • Fecha Fin: 02/11/2015
  • Convocatoria: Tesis Doctoral

Nombre del Proyecto

Calidad de vida y participación social de los mayores de las Aulas Universitarias para Mayores de la Universidad Miguel Hernández de Elche

Fechas

20/05/2013 – 02/11/2015

Organización Coordinadora

Universidad Miguel Hernández De Elche (UMH)

Organizaciones Participantes

Universidad Miguel Hernández De Elche (UMH)

Nombre de la Convocatoria

Tesis Doctoral

Objetivos

Evaluar la calidad de vida percibida general de las personas que participan en el pum de la umh. conocer el tipo de participación social que realizan las personas que acuden al PUM de la UMH.

Conocer el perfil de personas que acuden a este PUM en relación a su actividad de voluntariado.

Evaluar si existen diferencias entre la calidad de vida de las personas que viven solas de las que viven acompañadas

Contenido

El trabajo está compuesto por tres bloques, un primer bloque centrado en la fundamentación del debate sobre el envejecimiento en España desde una perspectiva política y psico-social. Intentando aportar una visión amplia sobre el marco teórico del envejecimiento, a través de un resumen del contexto normativo, político y social de este, y su fundamentación en la evolución demográfica de los mayores a nivel tanto nacional como internacional. En este primer bloque se ha intentado resumir y explicar, mediante una revisión histórica, los estudios sobre envejecimiento desde las perspectivas biológicas y psicosociales, el cambio en su estudio hacia una visión positiva de la vejez con el surgimiento del denominado “envejecimiento activo”. En este sentido, se pone de relieve la importancia que guarda con la calidad de vida, teniendo en cuenta que la calidad de vida es un concepto difícil de definir ya que está compuesto por diferentes dimensiones.

Asimismo, esta concepción está íntimamente ligada a la “participación social” como sujetos políticos. Y todo ello, relacionado con los beneficios que se derivan de la participación de los mayores en los Programas Universitarios para Mayores, haciendo especial hincapié en el programa específico de la Universidad Miguel Hernández de Elche, denominado Aulas Universitarias de la Experiencia (AUNEX). El segundo bloque en el que se hace referencia a la parte empírica del estudio, en el cual se explican los objetivos perseguidos con esta investigación, así como la hipótesis de trabajo, las características socio demográficas de la muestra, los instrumentos utilizados, el procedimiento, el análisis estadístico y los resultados. Y un tercer y último bloque en el que se exponen las líneas futuras de investigación, así como las limitaciones y las conclusiones que se derivan de la presente tesis doctoral.

El rápido envejecimiento de la población y el constante aumento de la longevidad humana, representan una de las mayores transformaciones sociales, culturales, económicas y políticas de nuestra época, especialmente en los países desarrollados, y como consecuencia de esto, el envejecimiento de la población se ha convertido en uno de los desafíos más importantes de las sociedades modernas. Durante las últimas décadas del siglo XX ha sido cuando se ha desarrollado el llamado “nuevo paradigma” en el campo de la investigación sobre envejecimiento, surgiendo como un reto de estudio multidisciplinar que analiza el envejecimiento humano desde diferentes áreas tan aparentemente dispares como la política, la económica, la biología, o la psicología, entre otras.

Asimismo, y en un sentido amplio, la gerontología se ha convertido “en la ciencia que estudia la vejez desde una visión positiva y no simplemente como la última etapa de vida del ser humano”. En el presente trabajo se analiza el proceso del envejecimiento desde una perspectiva psicosocial teniendo en cuenta el impacto de las necesidades de la población mayor y por ende, de los recursos necesarios para crear el marco que garantice, más adecuadamente, una buena calidad de vida de vida y su integración activa en un nuevo orden social.

Es evidente que el envejecimiento de la población mundial se ha convertido en un fenómeno global, y por tanto su abordaje y estudio necesitan también de actuaciones y políticas globales que den una respuesta efectiva a este nuevo reto social. Y aunque es cierto que el debate en este sentido ha estado presente en el contexto internacional desde 1948 con diferentes intentos de elaborar políticas de protección de personas mayores, no es hasta 1982 cuando la ONU con la I Asamblea Mundial de Envejecimiento, de la cual emerge el Plan de Acción Internacional, que serviría de guía del pensamiento político y científico de un gran número de países que se marcaron como objetivos el alcanzar el mayor bienestar posible entre la población adulta mayor. Fomentando la investigación científica especialmente en los países desarrollados a través de la creación de Centros de Investigación Gerontológica y haciendo especial énfasis en el fomento de un papel más activo de los mayores en la sociedad y su participación en la toma de decisiones tanto a nivel social como político. Además, el PAI planteaba por primera vez que se abandonasen los viejos estereotipos negativos asociados al envejecimiento. Posteriormente, en 1992 la ONU adopta la “Proclamación sobre el Envejecimiento” en la que los países se comprometían a apoyar las iniciativas nacionales. Veinte años después de la I Asamblea Mundial sobre Envejecimiento, en 2002, se celebró en Madrid la II Asamblea Mundial sobre Envejecimiento que intentó evaluar el trabajo realizado en las dos últimas décadas y actualizar el PAI. Se adoptaron dos documentos clave: una Declaración Política y un Plan de Acción Internacional 2002 (PAI 2002) de Madrid sobre el Envejecimiento.

El PAI 2002 se marcó como objetivo globalizar un envejecimiento seguro y digno y que los mayores pudiesen seguir participando en sus respectivas sociedades como ciudadanos con plenos derechos. En España es en 1988 cuando se desarrolla un “Plan Gerontológico Nacional”, en el cual entre sus cinco áreas de intervención se encuentra la participación y la configuración de una política social integral a favor de las personas mayores atendiendo al artículo 50 de nuestra Constitución así como a las directrices marcadas por las dos Asambleas Mundiales del Envejecimiento. Posteriormente, y con el fin de atender las nuevas demandas y necesidades de los mayores, en 1992 se comenzó una actualización del Plan Gerontológico Nacional, y seguidamente se desarrolló el denominado Plan de acción para las Personas Mayores 2003-2007. Tal y como hemos mencionado con anterioridad, el envejecimiento de la población es un fenómeno global, y las perspectivas al respecto son un continuo crecimiento, a escala mundial la proporción de personas mayores de 60 años aumentó del 9% en 1994 al 12% en 2014 y se espera que alcance el 21% en 2050. La esperanza de vida es uno de los indicadores principales que reflejan las consecuencias del desarrollo del estado de bienestar, que por ejemplo en nuestro país se ha multiplicado por 2.29 en el último siglo. Tal y como podemos observar en la tabla, la esperanza de vida de la población española tanto al nacer como a los 65 años se encuentra, tanto en hombres como en mujeres, entre las más altas de la UE.

Ya que la esperanza de vida de los hombres a los 65 años se sitúa en 84 años y la de las mujeres en 88. Definir el envejecimiento es y ha sido una tarea de gran complejidad para los estudiosos de esta disciplina. Tradicionalmente se ha estudiado a la vejez negativamente, asociada a deterioro y como un paso previo a la muerte. Sin embargo hay una corriente de investigación, prácticamente reciente en la cual se considera a los mayores como fuente de sabiduría y experiencia, y que les presenta como un colectivo que tiene todavía por delante 15, 20 o incluso más años de vida sin enfermedades discapacitantes. Y es a partir de aquí, cuando surge el interés por el estudio del envejecimiento desde una perspectiva positiva, teniendo en cuenta que este colectivo desea seguir siendo parte activa y vital de la sociedad con una participación real y efectiva, en primer lugar porque lo es y en segundo lugar porque puede hacerlo y con el surgimiento del denominado “envejecimiento activo o saludable. Envejecer de forma activa ha emergido como paradigma desde hace varias décadas.

El término «Envejecimiento Activo» fue adoptado en la II Asamblea Mundial sobre Envejecimiento, realizada en Madrid en 2002, para definirlo como: “El proceso por el que se optimizan las oportunidades de bienestar físico, social y mental durante toda la vida, con el objetivo de ampliar la esperanza de vida saludable, la productividad y la calidad de vida en la vejez”. Este término ha ido evolucionando desde planteamientos conceptuales que pudieran hacer más énfasis en los aspectos físicos o de salud, como el la diferenciación establecida por Rowe y Kahn entre “envejecimiento normal o envejecimiento exitoso o saludable”, entendiendo por este último la baja probabilidad de padecer enfermedades, o el “buen envejecer” de Fries, mediante la prevención y promoción de la salud, o el “Envejecimiento óptimo” de Palmore, según el cual el envejecimiento es un proceso de maximización de la longevidad, salud y satisfacción con la vida, por otros más centrados en los aspectos emocionales, como el “Envejecimiento con éxito” de Huvighurst, o el “Envejecimiento vital” de Erikson, como resultado de la evaluación entre pérdidas y ganancias. O también en las relaciones sociales de las personas, como el “Envejecimiento competente” de Fernández-Ballesteros, para la cual hay que considerar también a la participación del individuo en la sociedad, o el “Envejecimiento productivo” de Butler y Schechtzer.

También desde perspectivas multidimensionales como el “Envejecimiento positivo” de Gergen y Gergen, que incluye condiciones cognitivas, emocionales y sociales. La OMS con su definición de Envejecimiento activo, unificó los diferentes planteamientos, incluyendo además de la salud, el reconocimiento de los derechos humanos de las personas mayores, fundamentándose en los principios de las Naciones Unidas de independencia, participación, dignidad, asistencia y realización de los propios deseos. Mediante sus tres pilares, salud, participación y seguridad, el Plan de Envejecimiento activo de la OMS ofrece una plataforma para el consenso a través de los diferentes sectores de la sociedad y a diferentes niveles. La OMS propone acciones en varios sectores además de los servicios de salud y servicios sociales (como acciones en economía, cultura, trabajo, seguridad social, vivienda, entre otros). Se respalda también la responsabilidad activa de los mayores para ejercer su participación tanto en el proceso político como en todos los aspectos socioculturales y económicos de la vida comunitaria. la II Asamblea Mundial del Envejecimiento en 2002 destacó como uno de sus puntos clave la incorporación, por parte de los países participantes, del compromiso por lograr un envejecimiento activo en el diseño de sus políticas sociales. La meta del envejecimiento activo es lograr una mejor calidad de vida de las personas mayores en relación a su salud. En este sentido, la OMS en 1994 define la “calidad de vida” como la percepción del individuo sobre su posición en la vida dentro del contexto cultural y el sistema de valores en el que vive y con respecto a sus metas, expectativas, normas y preocupaciones. Los estudios sobre Calidad de Vida en este segmento de población, surgen para conocer y dar mejor atención a las necesidades de dichas personas debido a los cambios físicos, psicológicos y sociales asociados al proceso del envejecimiento, y siendo, por tanto, una población particularmente vulnerable que requiere de estrategias de atención que les garanticen una calidad de vida digna. El estudio de las interacciones que tienen las personas mayores ha sido una cuestión importante en la evaluación de su calidad de vida.

Una sociedad que aboga por un envejecimiento activo ha de llevar asociada la implementación de políticas proactivas de salud y de la participación en todos los aspectos de la sociedad, así por tanto, un envejecimiento activo conlleva de forma casi implícita la Participación Social. Y la participación en actividades donde se potencie la autonomía e independencia de los mayores sin duda repercutirá favorablemente en su estado emocional y su calidad de vida, y por favoreciendo que las personas mayores permanezcan activos e independientes más tiempo. Las políticas públicas tienen ante sí un reto de vital importancia, como es responder a la demanda cada vez mayor de participación, autonomía y bienestar por parte de las personas mayores. Son imprescindibles nuevos espacios que tengan en cuenta el principio de igualdad, que consigan incorporar la pluralidad de las personas en todas las etapas de su vida y que a la vez sean capaces de promover su empoderamiento, el derecho de plena ciudadanía activa y asuman y proporcionen sus aportaciones a la sociedad. En España los Programas Universitarios para Mayores surgen en 1978 haciendo posible la “Educación a lo largo de toda la vida”. En la actualidad, prácticamente la totalidad de las universidades en nuestro país, incluyendo tanto las universidades públicas como las privadas, han puesto en marcha programas formativos específicos para este colectivo.

Durante el curso académico 2014/15 hubo más de 43.292 personas matriculadas en estos programas. Por lo que podemos afirmar que su proliferación es ya un fenómeno social importante. Los Programas Universitarios para Mayores cumplen desde su aparición una doble función cultural y socializadora, desde una “perspectiva positiva, activa, participativa y de autorrealización”. Los mayores son un colectivo muy heterogéneo, con deseos de implicarse en actividades que les ayuden a ocupar su tiempo libre de forma creativa con mayor presencia en la sociedad y según afirman Alfageme y Cabedo, “dentro de los factores que afectan a la calidad de vida de las personas mayores, un adecuado enriquecimiento cultural y social constituye un indicador de una óptima calidad de vida asociada al envejecimiento”. Los Programas Universitarios para Mayores, hacen realidad lugares de intercambio y reflexión, así como la posibilidad de aprender cosas nuevas contribuyendo a su crecimiento personal, y es que las personas mayores están completamente capacitadas para enseñar pero también para aprender, por ejemplo avances tecnológicos mejorando su autonomía y aumentando así su autoestima. Por otra parte, los PUMS, contribuyen a evitar la soledad y el aislamiento que ha caracterizado a este colectivo y que tanto perjudica a nuestros mayores. Estos programas les permiten interactuar con otras personas, abandonando así los viejos estereotipos asociados al envejecimiento en un espacio intergeneracional.

Así pues, es importante subrayar que los beneficios para las personas mayores que participan en estos programas son múltiples, incluyen, no solo el desarrollo de estrategias efectivas de afrontamiento, sino también el desarrollo del interés por nuevas actividades, la integración social y el desarrollo de nuevas redes sociales; en otras palabras, el aumento de su calidad de vida y de su bienestar. Llegados a este punto, podemos subrayar que estamos ante un fenómeno sociopolítico nuevo que hace que sean necesarias políticas públicas efectivas que garanticen los derechos de los mayores como ciudadanos y como seres humanos, pero también políticas proactivas de salud, siguiendo las recomendaciones de la OMS, y los principios del envejecimiento activo con el fin de lograr una mayor calidad de vida de nuestros mayores. Y somos conscientes de que los PUMS suponen un espacio donde se fomenta la participación, así como que permanezcan activos con diferentes actividades culturales y por ende mejorando su bienestar y calidad de vida. Sin embargo no hay estudios empíricos en los que se analice la calidad de vida de las personas que acuden a los PUMS, en nuestro país, tras la revisión de la literatura al respecto, cabe destacar que hay 6 tesis doctorales en las que se estudian los PUMS, pero desde aspectos más centrados en la calidad educativa, como la de Fernández del año 2002 en la que se estudia el impacto de su desarrollo o la de González del año 2009 en la que se propone la evaluación como instrumento de mejora de la calidad de los programas; o desde aspectos más centrados en los efectos psicológicos en los alumnos como la tesis de Pérez del año 2009 en la que se estudian las variables psicológicas y de salud. Por este motivo, nos planteamos evaluar la Calidad de Vida y la Participación social con el fin de conocer la percepción de la misma y su nivel de integración en la sociedad.

Así pues, la hipótesis principal que nos planteamos fue la siguiente: “las personas mayores que acuden a un PUM y realizan actividades de participación social, tendrán una mejor Calidad de Vida” A su vez, se plantearon cuestiones tales como: – ¿las personas que viven acompañadas tendrán una mayor participación? – ¿del colectivo de personas mayores que viven solas, aquellas que participan social y activamente tendrán mejor calidad de vida? – ¿Son más participativas las mujeres? – ¿tienen mejor calidad de vida las personas mayores de 65 años que participan socialmente? Para confirmar la hipótesis planteada, el estudio empírico lo hemos realizado con una muestra de los estudiantes de las AUNEX, compuesta por un total de 143 sujetos mayores de 55 años, residentes en la provincia de Alicante, el cual está estructurado en dos cursos académicos y se imparte en los cuatro campus y en cuatro sedes de la UMH.

El tipo de muestreo realizado ha sido de carácter incidental, y los criterios de inclusión fueron: ser mayores de 55 años y no estar institucionalizados. La recogida de información ha sido mediante una encuesta individual y auto-completada. La recogida de datos se realizó entre los meses de octubre a marzo de 2014/15 con el consentimiento informado de los participantes en el estudio. Nuestra muestra está compuesta por un 28.7 % de hombres y un 71.3% de mujeres. Esta distribución de la muestra atendiendo a la variable género es similar a otros Programas Universitarios para Mayores, en los que predomina la asistencia de mujeres. La edad media de la muestra es de 64,32 años. La edad mínima, que además era requisito para estar incluido en la muestra, es de 55 años y el estudiante de mayor edad tenía 84 años. En relación al género, la edad media de los hombres es de 65,61 y la edad media de las mujeres es de 63,79. Por lo que se refiere al estado civil, un 57.3 % están casados, un 21.7 % viudos, un 8.4% solteros y un 12.6 % están separados o divorciados Respecto a la convivencia, un 32.2 % vive sólo frente al 67.8 que vive acompañado. En el cuestionario, hicimos esta pregunta con el fin de saber su tipo de convivencia en relación a la línea de investigación de la soledad. Finalmente, y en relación a los estudios, un 31.5 % tiene estudios primarios, un 33.6 % tiene estudios secundarios y un 35 % tiene estudios superiores.

Aunque una de las justificaciones del surgimiento de los PUMS fue la oferta de un lugar de aprendizaje para que aquellas personas que en su día no pudieron estudiar, la presencia de estudiantes con un nivel de estudios secundarios y superiores es significativa, lo que nos indica que la población de los PUMs tiene unas características concretas. A continuación voy a proceder a explicar los instrumentos utilizados para la evaluación de las diferentes variables. En primer lugar y para conocer el nivel de calidad de vida percibida se ha utilizado el Cuestionario de Calidad de Vida de Ruiz y Baca de 1993, Se trata de un cuestionario conformado por 39 ítems con una escala de respuestas tipo Likert de cinco puntos, que oscilan desde “nada”, que indica que no se presenta la situación y “mucho” confirmando lo contrario. El CCV tiene excelentes propiedades psicométricas, obteniendo un coeficiente de Cronbach de 0.94 y muy sensible a los cambios (Ruiz y Baca, 1993). Es importante destacar que es uno de los pocos instrumentos desarrollados por investigadores españoles con población española. Este cuestionario evalúa “La Calidad de Vida global” distinguiendo entre aquellos sujetos que tienen pareja y los que no, y la puntuación total se obtiene con la suma de las puntuaciones obtenidas del total de cuatro dimensiones siguientes: Satisfacción general, esta dimensión hace referencia a los intereses y metas que las personas se marcan en la vida. Bienestar físico/psíquico, hace referencia a la satisfacción del individuo respecto de su percepción de su estado de salud física y mental. Ausencia de sobrecarga laboral/tiempo libre, esta dimensión la hemos adaptado en función de las características propias de la muestra objeto de estudio. Ya que entre estos aspectos se hace referencia a la vida laboral. Apoyo social, en esta dimensión se distingue entre sujetos que tienen pareja y sujetos que no tienen pareja. Y hace referencia a los tipos de relaciones establecidas con la familia y amigos como el sustento del apoyo social.

Para la evaluación de la Participación Social, se han utilizado: – Subescala “Ciudadanía y participación” de la Encuesta de Personas Mayores (IMSERSO, 2010) Y se pregunta sobre su pertenencia a asociaciones y el tipo de participación. Así como, si realiza algún tipo de voluntariado y en caso afirmativo, cuál. – Pregunta 14 de la Encuesta del CIS incluida en el Plan Estadístico Nacional 2013-2016 aprobado por el Real Decreto 1663/2008, de 17 de octubre sobre temas de interés general. Hace referencia a la motivación de las personas acerca de su participación. – Y en último lugar, una pregunta “ad hoc” sobre los grupos de edades con las que se relacionan las personas que participan en voluntariado. Sobre la base de las hipótesis planteadas se realizó un análisis descriptivo de las variables objeto de estudio y por otra parte se ha realizado un análisis de contraste de hipótesis y de diferencia de medias, para lo cual se comprobaron los supuestos de normalidad con la prueba de Kolmogorv-Smirnov, el supuesto de independencia con la prueba de Rachas y la homocedasticidad con la prueba de Levene, y se aplicaron distintas pruebas T para contrastar las hipótesis del estudio. Y para analizar la relación entre las variables cualitativas se utilizó la prueba Chi Cuadrado. el cuestionario de Calidad de Vida de vida de Ruiz y Baca, distingue entre sujetos con pareja y sujetos sin pareja en las puntuaciones totales obtenidas, ofreciendo así resultados diferentes para cada uno de estos colectivos. Así podemos observar en la diapositiva que para un N de 77 de sujetos con pareja han obtenido una puntuación de 132.22, siendo el máximo posible de 155 y el mínimo de 31. Es decir los estudiantes con pareja tienen buena calidad de vida percibida. Y para un N de 65 de sujeto sin pareja han obtenido una puntuación de 96.27, siendo el máximo posible de 151 y el mínimo de 27. Por tanto y a la vista de los resultados descriptivos, podemos afirmar que los estudiantes del programa AUNEX tienen una buena percepción de su calidad de vida. Y aunque no hay diferencias estadísticamente significativas, parece que las personas que tienen pareja tienen una percepción mejor de su calidad de vida. los resultados obtenidos En primer lugar, respecto a la dimensión de Bienestar físico/psíquico, la puntuación media obtenida ha sido de 22, donde la mínima puntuación posible era de 7 y la máxima de 35, por lo que los estudiantes de las AUNEX tienen una buena percepción de su bienestar físico /psíquico.

Atendiendo a las variables socio demográficas de género, edad y convivencia, podemos observar que no se aprecian diferencias estadísticamente significativas en ninguna de ellas, sin embargo, parece que las mujeres tienen una percepción de su bienestar físico / psíquico un poco mayor que los hombres. Si nos fijamos en la variable edad, observamos que los menores de 65 años tienen también una mejor percepción que los mayores de 65 en esta dimensión, pues sabemos que conforme avanza la edad se agudizan los problemas de salud. Y en cuanto a la variable convivencia las personas que viven solas denotan tener una percepción mayor que las que viven acompañadas. Por lo que respecta a la dimensión de Satisfacción general, la puntuación media obtenida ha sido de 35.15, siendo la puntuación mínima posible de10 y la máxima de 50. Los alumnos de las AUNEX han tienen una buena percepción de su satisfacción general. Atendiendo a las variables socio demográficas, no se aprecian diferencias estadísticamente significativas en ninguna de ellas, pero si podemos observar que los hombres tendrían un percepción un poco mayor que las mujeres en esta dimensión, y respecto a la edad, curiosamente los mayores de 65 años denotan tener una percepción mayor de su bienestar general, lo que iría en la línea de la teoría de la selectividad socioemocional de Carlstensen, la cual defiende la idea de que al envejecer se mejora la regulación de la experiencia emocional. En la dimensión de “Ausencia de sobrecarga laboral y tiempo libre”, la puntuación media obtenida ha sido de 8, siendo la puntuación mínima posible de 5 y la máxima de 10. A la vista de este resultado parece que los estudiantes de las AUNEX se sienten bastante liberados de cargas y tienen mucho tiempo libre. Y atendiendo a las variables sociodemográficas, los datos parecen apuntar a que los hombres tienen más tiempo libre y se sienten más liberado de obligaciones, sabemos que normalmente el mayor peso del cuidado familiar y del hogar recae en las mujeres. Y si observamos la variable edad, aquellas personas que tienen más de 65 años tendrían más tiempo libre, quizás porque muchas personas menores de 65 años todavía tengan obligaciones laborales. En la dimensión de Apoyo social, el cuestionario distingue entre sujetos que tienen pareja de aquellos que no la tienen. Los estudiantes de las AUNEX con pareja han obtenido una puntuación de 47.72 siendo la puntuación mínima posible de 13 y la máxima de 60. Los estudiantes de las AUNEX tienen una buen apoyo social percibido. Atendiendo a las variables sociodemográficas, hemos suprimido la variable convivencia porque entendemos que los sujetos con pareja viven acompañados. Respecto al género, parece que las mujeres tienen un apoyo social percibido mejor que los hombres, y respecto a la edad, parece que los menores de 65 años tienen un apoyo social percibido mejor que los mayores de 65 años.

Por lo que respecta a los estudiantes de las AUNEX que no tienen pareja, la puntuación media obtenida ha sido de 34.44, siendo la puntuación mínima posible de 8 y la máxima de 40, por lo que podemos observar que los estudiantes sin pareja tienen una puntuación algo mayor en esta dimensión que los que tienen pareja. Y si atendemos a las variables sociodemográficas, parece que las mujeres tienen un apoyo social percibido mayor que los hombres, respecto a la edad, parece que los mayores de 65 años tienen una percepción de su apoyo social mayor que los menores de 65. Y si observamos la variable convivencia, parece que las personas que viven acompañadas se sienten más apoyadas, lo que va en la línea del tema de la soledad como un componente negativo en la vejez. resultados obtenidos en la variable de Participación social, como podemos observar en gráfico de arriba, los estudiantes de las AUNEX son muy participativos ya que un 60% ha manifestado participar en alguna de las opciones ofrecidas. Y atendiendo a las variables socio demográficas, observamos que las mujeres son mucho más participativas que los hombres, y respecto a la edad curiosamente parece que los mayores de 65 años son más participativos que los menores, quizás por lo que hemos visto en la dimensión de ausencia de sobrecarga laboral y tiempo libre, que los mayores se sienten menos sobrecargados de obligaciones y por lo tanto podrán tener una participación mayor. Y por último respecto a la convivencia, observamos que las personas que viven acompañadas participan más que las que viven solas, quizás porque como estable Toumier, la soledad conduce al aislamiento social.

Respecto al tipo de participación social, cabe destacar que un 46% de los alumnos de las AUNEX ha manifestado participar en actividades de índole cultural, seguida de casi un 19% en actividades para mayores y casi un 17% en actividades deportivas. Y por lo que respecta a la motivación de la participación, un casi un 47% ha manifestado participar por ocupar su tiempo libre y un 42% para relacionarse con otras personas. Cabe señalar que estas dos motivaciones fueron entre otras las que sentaron las bases para la creación de los PUMs En cuanto al voluntariado, destaca la baja participación en actividades en este sentido por los alumnos del programa, ya que de 143 personas tan solo 18 han manifestado participar de las cuales 16 son mujeres. En el análisis de la relación entre Calidad de Vida y variables sociodemográficas hemos encontrado resultados estadísticamente significativos en la variable edad. Ya que aquellos estudiantes menores de 65 años y que no tienen pareja tienen una percepción mejor de su calidad de vida. Por lo que podemos afirmar que la edad es un factor muy importante a tener en cuenta a la hora de estudiar este colectivo, se trata de un grupo muy heterogéneo con características muy dispares según la edad y por tanto deberá ser estudiado atendiendo esta variable.

En el análisis de la relación entre Calidad de Vida y Participación Social hemos encontrado diferencias estadísticamente significativas en los estudiantes con pareja respecto de su apoyo social percibido, es decir, aquellos estudiantes que tienen pareja y que más participan socialmente, tienen una mejor percepción de su calidad de vida. A modo de resumen de los resultados obtenidos y atendiendo a los objetivos que nos plateamos podemos destacar en primer lugar y según el primer objetivo, que las puntuaciones totales obtenidas en Calidad de Vida, nos indican que los estudiantes de las AUNEX tienen una buena percepción de su calidad de vida. Según el segundo objetivo planteado, cabe destacar el alto porcentaje de participación de los estudiantes de las AUNEX donde la mayoría son mujeres. Y las motivaciones principales son por ocupar su tiempo libre y relacionarse, realizando mayoritariamente actividades culturales. Respecto al tercer objetivo, destaca la baja participación en actividades de voluntariado ya que de 143 personas sólo 18 han manifestado participar. Y por lo que respecta al último objetivo, cabe señalar que las personas que tienen pareja tienen una mayor percepción de su Calidad de Vida global. Pero que los sujetos menores de 65 años que no tienen pareja tienen una mejor percepción de su Calidad de Vida. Y por último que los sujetos que tienen pareja y que más participan socialmente tienen una percepción mejor de su apoyo social percibido. resultados obtenidos en la variable de Participación social, como podemos observar en gráfico de arriba, los estudiantes de las AUNEX son muy participativos ya que un 60% ha manifestado participar en alguna de las opciones ofrecidas. Y atendiendo a las variables socio demográficas, observamos que las mujeres son mucho más participativas que los hombres, y respecto a la edad curiosamente parece que los mayores de 65 años son más participativos que los menores, quizás por lo que hemos visto en la dimensión de ausencia de sobrecarga laboral y tiempo libre, que los mayores se sienten menos sobrecargados de obligaciones y por lo tanto podrán tener una participación mayor. Y por último respecto a la convivencia, observamos que las personas que viven acompañadas participan más que las que viven solas, quizás porque como estable Toumier, la soledad conduce al aislamiento social.

Respecto al tipo de participación social, cabe destacar que un 46% de los alumnos de las AUNEX ha manifestado participar en actividades de índole cultural, seguida de casi un 19% en actividades para mayores y casi un 17% en actividades deportivas. Y por lo que respecta a la motivación de la participación, un casi un 47% ha manifestado participar por ocupar su tiempo libre y un 42% para relacionarse con otras personas. Cabe señalar que estas dos motivaciones fueron entre otras las que sentaron las bases para la creación de los PUMs En cuanto al voluntariado, destaca la baja participación en actividades en este sentido por los alumnos del programa, ya que de 143 personas tan solo 18 han manifestado participar de las cuales 16 son mujeres. En el análisis de la relación entre Calidad de Vida y variables sociodemográficas hemos encontrado resultados estadísticamente significativos en la variable edad. Ya que aquellos estudiantes menores de 65 años y que no tienen pareja tienen una percepción mejor de su calidad de vida. Por lo que podemos afirmar que la edad es un factor muy importante a tener en cuenta a la hora de estudiar este colectivo, se trata de un grupo muy heterogéneo con características muy dispares según la edad y por tanto deberá ser estudiado atendiendo esta variable.

En el análisis de la relación entre Calidad de Vida y Participación Social hemos encontrado diferencias estadísticamente significativas en los estudiantes con pareja respecto de su apoyo social percibido, es decir, aquellos estudiantes que tienen pareja y que más participan socialmente, tienen una mejor percepción de su calidad de vida. A modo de resumen de los resultados obtenidos y atendiendo a los objetivos que nos plateamos podemos destacar en primer lugar y según el primer objetivo, que las puntuaciones totales obtenidas en Calidad de Vida, nos indican que los estudiantes de las AUNEX tienen una buena percepción de su calidad de vida. Según el segundo objetivo planteado, cabe destacar el alto porcentaje de participación de los estudiantes de las AUNEX donde la mayoría son mujeres. Y las motivaciones principales son por ocupar su tiempo libre y relacionarse, realizando mayoritariamente actividades culturales. Respecto al tercer objetivo, destaca la baja participación en actividades de voluntariado ya que de 143 personas sólo 18 han manifestado participar. Y por lo que respecta al último objetivo, cabe señalar que las personas que tienen pareja tienen una mayor percepción de su Calidad de Vida global. Pero que los sujetos menores de 65 años que no tienen pareja tienen una mejor percepción de su Calidad de Vida. Y por último que los sujetos que tienen pareja y que más participan socialmente tienen una percepción mejor de su apoyo social percibido.

A la vista de los resultados obtenidos, podemos confirmar que nos encontramos ante una muestra de personas que tienen un perfil similar al resto de personas mayores de 55 años que acuden a los PUMs en nuestro país. Y este sentido nos planteamos como línea futura de investigación, generalizar el estudio a la población que no acude a estos programas, puesto que nuestros datos no los podemos extrapolar al colectivo general de personas mayores. Pero también nos plateamos el diseño de un cuestionario adaptado a las características propias de nuestra muestra objeto de estudio, como por ejemplo sobre la dimensión de Calidad de Vida que hemos adaptado “Ausencia de sobrecarga laboral y tiempo libre” o distinguiendo por grupos de edades. Como hemos visto, los estudiantes de las AUNEX son muy participativos, pero somos conscientes de que las personas que participan en un PUM son de por sí personas conscientes de la necesidad de integración social. Por otra parte, las mujeres participan más socialmente que los hombres, y es que las mujeres lideran la participación en los PUMs. Y en este sentido se hace latente la necesidad de incentivar a los hombres a participar y por tanto nos planteamos como línea futura de investigación conocer las causas de su desmotivación.

Sabemos además que una de las motivaciones principales de participación de nuestros mayores es para relacionarse con otras personas, por lo que las políticas públicas tienen ante sí el reto de atender a esta demanda, teniendo en cuenta que se trata de un colectivo con los mismos derechos y deberes que el resto de la sociedad, y por tanto, ésta necesita de ellos para que el modelo social constituya el futuro de nuevas generaciones. Son muy pocas las personas que han manifestado realizar actividades de voluntariado, y por tanto nos planteamos continuar con esta línea de investigación para conocer sus causas y diseñar así un plan de actividades de voluntariado en la UMH. A la vista de los resultados obtenidos, somos conscientes de que aquellas personas que tienen pareja tienen una mejor percepción de su calidad de vida y participan más socialmente, además se sienten más apoyadas. por lo que nos planteamos como línea futura de investigación, estudiar la soledad de las personas mayores con el fin de diseñar un plan relacionado con el voluntariado para fomentar la participación de las personas que viven solas.

CONCLUSIONES PRINCIPALES:

  • El nivel de actividad e implicación social, pueden dejar de lado los efectos negativos del envejecimiento, mejorando así su satisfacción vital.
  • Mediante la participación social se evita el aislamiento en las personas mayores, favoreciendo de este modo la satisfacción subjetiva y su bienestar en general.
  • La participación social debe entenderse, como un tipo de apoyo social que reporta beneficios al individuo.
  • Los programas universitarios para mayores contribuyen a la mejora de su calidad de vida permitiéndoles su continuidad en la participación social y contribuyendo a la eliminación de estereotipos negativos asociados a la edad, por estar inmersos en un contexto intergeneracional.
  • La participación social de las personas mayores ha de ser considerada como una necesidad vital, necesaria para su autorrealización que ha de ir acompañada de actividades con interacciones significativas permitiendo así el desarrollo de sus potencialidades y la mejora de su calidad de vida.

Enlaces relacionados

interés) Abellán, A.; Pérez, L; Sancho, M. T. (2002). “Las personas mayores en España. Indicadores básicos”. Informe IMSERSO. Las personas mayores en España. Abellán, A. y Esparza, C. (2011). “Un perfil de las personas mayores en España. Indicadores Estadísticos Básicos”. Informes Portal Mayores. CSIC. Abellán, A. y Ayala, A. (2012). “Un perfil de las personas mayores en España, 2012. Indicadores estadísticos básicos”. (CSIC). Informes Portal Mayores. En http://www.imsersomayores.csic.es/documentos/documentos/pm-indicadoresbasicosl2.pdf [23/06/2014]. Abellán, A. (2012). «Estadísticas sobre residencias: Distribución de centros y plazas». CISC. Informes Portal Mayores. En www.imsersomayores.cisc.es/documentos/pm-estadisticasresidencias2011.pdf. [14/2/2013]. Abellán, A.; Vilches, J. y Pujol, R. (2014). “Un perfil de las personas mayores en España, 2014. Indicadores estadísticos básicos”. Madrid, Informes Envejecimiento en red, nº 6. En http://envejecimiento.csic.es/documentos/documentos/enred-indicadoresbasicos14.pdf. [25/3/2014]. Abellán, G. et al. (2006). Manual de geriatría y Gerontología. Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG). Madrid. ACTIVE (2006). “Overcoming the barriers and seizing the opportunities for active ageing policies in Europe. International” Social Science Journal, 190, 617-631. Aguilar, E. M., González, L. J. M., Maldonado, A. A., Galdeano, F. L. M., y Soriano, M. D. R. (2013). “¿Cómo utilizar algunos instrumentos de evaluación de programas de envejecimiento activo? En Calidad de vida, cuidadores e intervención para la mejora de la salud en el envejecimiento”. Asociación Universitaria de Educación y Psicología, 313-316. Albretch, R., & Morales, J. J. (1999). ¿Por qué envejecemos de manera diversa? RODRÍGUEZ, R. y otros (1999). Geriatría. México: Mc Graw Hill. Alemán, C. y Fernández, T. (2005). “Introducción a los Servicios. Sociales• En C. ALEMÁN (Coord.) Fundamentos de Servicios Sociales. Madrid: Dykinson. Alfageme, A. y Cabedo, S. (2005). “Los programas universitarios para mayores”. En S. Pinazo, y M. Sánchez (Eds.), Gerontología. Madrid: Pearson Educación, 367-389. Alfama, E., Canal, R y Cruells, M. (2012). Las políticas de envejecimiento activo en el Estado español (2002-2012): ¿promoviendo la ciudadanía y la participación de las personas mayores? Alonso, J. (2003). «El Estado de Bienestar en España». Política y sociedad, 29, 107-117. Allport, G. W. (1937). Personality: A psychological interpretation. New York: Holt, Rinehart & Winston. Almond, G. y Verba, S. (1970). La cultura cívica. Estudios sobre la participación política democrática en cinco naciones. Madrid España: Fundación Foessa. Anderson, F., & Cowan, N. (1955). A Consultative Centre for Old People’. Lancet, II, 239-290. Andrés, J. (2012). Atención y apoyo psicosocial domiciliario: Técnicas de rehabilitación psicosocial, apoyo a las gestiones cotidianas y comunicación con el dependiente y su entorno. S.L. Andrews F. M., Withey S. B. (1976). Social indicators of well-being. American’s perceptions of life quality. NY: Plenum press. Antón, A. (2012). «Política social en tiempo de crisis”. Cuadernos de trabajo social, 25(1), 49-62. Aragó, J. (1985). “Aspectos psicosociales de la Senectud”. En A. Marchesi, M. Carretero y J. Palacios, Psicología Evolutiva, Madrid: Alianza. Aranibar, P. (2001). Acercamiento conceptual a la situación del adulto mayor en América Latina. CEPAL. Arnold, B. y Costa, J. (1996). “A New vision of the Third Age, or the individual and Society as a result of Learning. Possitibilities for Older Adults. Continuing Scientific Education in Europe”. International Journal of Third Age Learning International Studies, 6, 105-117. Arranz, L. et al. (2009). «El aislamiento social durante la vejez empeora el deterioro cognitivo, conductual e inmunitario». Revista Española de Geriatría y Gerontología, 44(3), 137-142. Atchley, R. C. (1980). The social forces in later life: an introduction to social gerontology. Belmont: Wadsworth. Atkinson, R. C. & Shiffrin, R. M. (1968). “Human memory: a proposed system and its control processes”. In K.W. Spence (Eds.), The Psychology of Learning and Motivation: Advances in Research and Theory. New York: Academic Press. Avramov, D., Maskova, M. (2003). Active ageing in Europe. Strasbourg, Council of Europe, 2 vols. Baddeley, A. D. (1992). “Memory theory and memory therapy”. In Wilson, B. A., y Moffat, N. (Eds.), Clinical Management of Memory Problems (2nd Ed.), London: Chapman & Hall, 1–31. Balboa, M., Pérez, M. y Sarasola, J. L. (2012). “Propuestas saludables para el envejecimiento activo”. Revista Educativa Hekademos, 11, 29-36 Baltes, M. M. y Carstensen, L. L. (1996). “The processes of successful ageing”. Ageing and Society, 16, 397-422. Baltes, P. B. (1987). “Theoretical propositions of life span developmental psychology: On the dynamics of growth and decline”. Developmental Psychology, 23, 611-626 Baltes, P. B. & Baltes, M. M. (1990). “Psychological perspectives on successful aging: the model of selective optimization with compensation”. In P. B. Baltes & M. M. Baltes (Eds.), Successful aging. Perspectives from the behavioral sciences. Nueva York: Cambridge University Press, 1-34. Baltes, P. B., Freund, A. L. and Li, S. (2005). “The psychological science of human ageing”. In The Cambridge Handbook of Age and Ageing. Cambridge: Cambridge University Press, 47-71. Barriga, L. A. et al. (2010). Dictamen del Observatorio Estatal para la Dependencia. Madrid: Concejalía de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Alcorcón. Bastos, M. A. (2006). “En defensa de la libertad: El pensamiento político de Frank S. Meyer”. Revista de Investigaciones Políticas y Sociológicas, 5(2), 9-17. Bazo, M. A., & Maiztegui, C. (1999). Sociologıa de la vejez. Envejecimiento y sociedad: una perspectiva internacional. Madrid: Editorial médica panamericana, Bazo, M. T. (2002). «Institucionalización de las personas ancianas: un reto sociológico». RES, 9(53), 149-164. Bazo, M. T. (2005). “Consecuencias del envejecimiento en la sociedad española actual”. Panorama Social, 1, 48-57. Belando, M. y Sarlet, A. (1997). “Políticas de atención a la vejez en los sectores sanitario y social”, en J. Buendía (ed.), Gerontología y salud, perspectivas actuales. Madrid: Editorial Biblioteca Nueva, págs. 199-232. Belsky, J. (2001). Psicología del envejecimiento. Madrid: Paraninfo. Berelson, B., Lazarsfeld, P. y Macphe, W. (1954). Voting. A study of opinion formation in a presidential campaign. Chicago: University of Chicago Press. Birren, J. E., & Schroots, J. J. (1996). History, concepts, and theory in the psychology of aging. Blasco, S. y Meléndez, J.C. (2006). “Cambios en la memoria asociados al envejecimiento”. Geriátrika, 22(5), 179-185. Bonete, B. (2010). Análisis desde la teoría de la conducta planeada de los predictores del ejercicio físico en personas mayores de 55 años. Tesis Doctoral, Universidad Miguel Hernández de Elche. Boshier, R. (1971). “Motivational orientations of adult education participants: A factor analytic exploration of Houle’s typology”. Adult Education, 21, 3-26. Botella, J. (1999). “El estudio experimental de la atención”. En E. Munar, J. Roselló y A. S. Cabaco (Coords.), Atención y percepción. Madrid: Alianza, 63-98. Boulton-lewis, G. M. (2010). “Education and learning for the elderly: why, how, what”. Educational Gerontology, 36, 213-228. Bourdelais, P.; Gourdon, V. y Viret, J. L. (2007). “La vejez en Francia, siglos XVII-XX. Entre las regulaciones familiares, las representaciones sociales y los intereses científico-políticos”. Semata, 18(1), 31-60. Brady, E. M. y Fowler, M. L. (1988). “Participation motives and learning outcomes of older learners”. Educational Gerontology, 14, 45-56. Bradley, M. M., Greenwald, M. K., Petry, M. C. & Lang, P. J. (1992). “Remembering pictures: Pleausure and arousal in memory”. Journal of Experimental Psychology Learnig, Memory and Cognition, 18(2), 379-390. Bru, C. (2002). “Ponencia Marco. Los Modelos Marco de Programas Universitarios para mayores”. En C. Bru (Ed.), Los Modelos Marco de Programas Universitarios para Mayores, Alicante: Conselleria de Bienestar Social, 17-44. Bru, C. (2006). “La dimensión internacional de los programas universitarios de mayores”. En El aprendizaje a los largo de toda la vida. Los programas universitarios de mayores, 213-261 Buela-Casal, G.; Carrasco, T. & Fernández Ríos, L. (1997). Psicologia preventiva: avances recientes en técnicas y programas de prevención. Madrid: Pirámide. Buendia J. (1994). Envejecimiento y Psicologia de la salud. Madrid: Editorial Siglo XXI. Butler, D. y Stokes, D. (1971). Political change in Britain. Harmonsworld Penguin Books. Butler, R. y Schechter, M. (1995). “Productive Aging”, en G.L. Maddox (ed.), The encyclopedia of aging (pp. 763-764). New York: Springer. Bynum, L.L. y Seaman, M.A. (1993). “Motivations of third age students in Learning in Retirement Institutes”. Continuing Higuer Education Review, 57, 12-22. Cabedo, S. y Alfageme, A. (Dir.) (2006). Los programas universitarios en España: una investigación sociológica. Castellón de la Plana: Universidad Jaume I. Campbell, A., Converse, P., Millar, W. y Stokes, D. (1966). The American Voter. Michigan, USA: University of Michigan – John Wiley & Sons, Inc. Campbell, A., Converse, P., Rodgers, E. (1996). The Quality Of American Life: Perceptions, Evaluations and Satisfactions. New York: Russel Sage Foundation. Capataz, I. y Muñoz, S.M. (2004). “Métodos y técnicas de estudio de la atención”. En A.S. Cabaco (Dir.), Mapas conceptuales de psicología de la atención y la percepción: Una propuesta metodológica para la convergencia. Salamanca: Demiurgo Ediciones, 127-138. Cardona, D., Estrada, A., & Agudelo, H. B. (2006). Calidad de vida y condiciones de salud de la población adulta mayor de Medellín. Biomédica, 26(2), 206-215. Carstensen, L. L. (1992). “Social and emotional patterns in adulthood: Support for socioemotional selectivity theory”. Psychlogy and Aging, 7, 331-338. Carstensen, L. L. & Charles, S. T. (1999). “Emotion in the second half of life”. Current Directions of Psycholgical Science, 7, 144-149 Cervera-Maciá, M. et al. (2009). Informe final del grupo de expertos para la evaluación del desarrollo de la efectiva aplicación de la Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y la Atención a la Personas en Situación de Dependencia. Madrid: IMSERSO Chuliá, E. (2010). “Diez preguntas sobre la reforma del sistema de pensiones en España”. Panorama Social, 11, 151-162. Cicerón, M.T. (1997). Catón el viejo o de la vejez; Lelio o de la amistad. Madrid: UNAM. Coffey, C. et al. (1999). “Relation of education to brain size in normal ageing”. Neurology, 93, 189-194. Colón, A. et al. (2013). “La formación de personas mayores como favorecedora del envejecimiento y calidad de vida desde las percepciones del profesorado de la universidad de Jaén”. Revista de ciencias de la educación: órgano del Instituto Calasanz de ciencias de la educación, 234, 239-252. Colom, R. (Dir.) (1997). Gerontología y salud, perspectivas actuales. Madrid: Biblioteca Nueva. Comfort, A. (1977). Una buena edad, la tercera edad. Madrid: Editorial Debate. Comisión para el estudio de los efectos del envejecimiento en el futuro del estado del bienestar (2010). “Para un debate sobre los efectos del envejecimiento en el futuro del Estado de Bienestar. IMSERSO. CSIC. En http://www.imsersomayores.csic.es/documentos/documentos/unespa-dictamencomision-01.pdf. [12/08/2014]. Conejero, E. y Segura, M. C. (2010). “Inmigración y participación ciudadana”. En Conejero, E. y Ortega, A. Inmigración, integración, mediación intercultural y participación ciudadana. Alicante: ECU, 245-268. Connidis, I. A. & McMullin, J. A. (1992). “To have or have not: Parent status and the subjective well-being of older men and women”. The Gerontologist, 33, 630-636. Contreras de Lehr, E. (1980). “Investigación longitudinal y psicogerontología”. Revista Española de Geriatría y Gerontología, 15(6), 583-598. Costa, P. T.; McCrae, R. R. & Arenberg, D. (1983). “Recent longitudinal research on personality and aging”. In K. W Schaie (Ed.), Longitudinal studies of adult psychological development. New York: Guilford. Costa, P. T. & McCrae, R. R. (1994). “Set like plaster? Evidence for the stability of adult personality”. In T. Heatherson y J. Weinberger (eds.), Can Personality Change? Washington DC: American Psychological Association. Cowgill, D. O. (1974). Aging and modernization: A revision of the theory. Late life, 123-145. Craig, G. (2001). Desarrollo Psicológico. México: Prentice Hall. Cuerda, J. A. (2004). “La participación social. Una ilusión y un deber”. Asociación para el aprendizaje permanente y la formación de personas mayores, Taller “El empoderamiento y la participación social”, 27-33. Cumming, E. y Henry, W. E. (1961). Growing old: the process of disengagement. New York: Basic Books. Cusak, S. (1998). “Leadership in Senior´s Centres: power and empowerment in relations between seniors and staff”. Education and Ageing, 13, 49-66. De Albéniz, A. P.; Pascual, A. I., y Navarro, M. C. (2012). “Evaluación del impacto personal y social de los Programas Universitarios para Mayores”. La calidad en los programas universitarios para mayores. Procesos, aplicaciones y finalidades, 327. Dech, S. y Regan, J. (2000). Learning in later life: Motivation and impact. Nottingham: DEE. De Llano, J.A. et al (2015). Evolución de la natalidad en España. Análisis de la tendencia de los nacimientos entre 1941 y 2010. In Anales de Pediatría (Vol. 82, No. 1, pp. e1-e6). Elsevier Doyma. De La Fuente, A. (2012). El sistema de financiación regional: la liquidación de 2010 y algunas reflexiones sobre la reciente reforma. Hacienda pública española, (203), 121-138. De Salomón, P. (1999). “Gerontología y geriatría. Breve resumen histórico”. Resumed, 12(2), 51-54. Diener, E. (1994). El bienestar subjetivo. Intervención Psicosocial, 3, 67-113, Diener, E. (1998). Subjective well-being and personality. En D. F. Barone y M. Hersen (Eds.), Advanced personality: The plenum series in social/clinical psychology. Nueva York: Plenum Press, 331-334. Diener, E. y Lucas, R. E. (1999). “Personality and subjective well-being. In D. Kahneman et al. (eds.). Well-Being: The Foundation of Hedonic Psychology. New York: Sage Found, 213-229. Dobbs, A. R. y Rule, B. G. (1989). “Adult Age Differences in working memory”. Psychology and Aging. Doménech, R. y A. Melguizo (2008). Projecting pension expenditures in Spain: on uncertainty, communication and transparency. En D. Franco, (ed.). Fiscal Sustainability: Analytical Developments and Emerging Policy Issues. Roma: Banca d’Italia. Domjan, M., y Burkhard, B. (1999). Principios de aprendizaje y de conducta.México: International Thomson. Duque, J. M. y Mateo, A. (Coords.) (2008). La participación social de las Personas Mayores. Madrid: IMSERSO. Dowd, J. J. (1975). “Aging as exchange: A preface to theory”. Journal of Gerontology, 30(5), 584-594. Downs, A. (1957). An economic theory of democracy. Nueva York. Harper and Brothers. Dulcey-Ruiz, E. y Uribe, C. (2000). La adultez: contexto y perspectiva. Texto Inédito. Pontificia Universidad Javeriana. Facultad de Psicología. Erikson, E. (1950). Childhood and society. New York: Norton & Co. Erikson, E. (2000). El ciclo vital completado (edición revisada). Barcelona: Paidós. European Commission (2012). Active ageing and solidarity between generations. Special Eurobarometer, 378. Escorial, S., Rebollo, I., García, L. F., Colom, R., Abad, F. J., & Juan-Espinosa, M. (2003). Las aptitudes que se asocian al declive de la inteligencia: evidencias a partir del WAIS-III. Psicothema, 15(1), 19-22. Esquivel, L. R., Calleja, A. M. M., Hernández, I. M., Medellin, M. P., & Paz, M. T. (2009). Aportes para una conceptualización de la vejez. Revista de Educación y Desarrollo, 11, 47-56. Fariñas, C. (2012). “Envejecimiento activo, suprimiendo los límites de la edad”. Sesenta y más, (313), 29-32. Felce D. (1997).”Defining and applying the concept of quality of life”. Journal of Intellectual Disability Research, 41(2), 126-135. Felce, D. (2006). “La calidad de vida en servicios de vida comunitaria: cuestiones sobre medición subjetiva y objetiva”. En M. A Verdugo y Jordán de Urries, F. B. (Coords.), Rompiendo inercias. Claves para avanzar. VI Scientific Meeting of Research on People with Disability, 73-88. Fernández-Ballesteros, R. (dir.) (1992). Mitos y realidades en torno a la vejez y la salud. Barcelona: SG. Fernandez-Ballesteros, R. (1996). “Quality of life: concept and Assessment”. 26th International Congress of Aplied Psychology. Montreal. Fernández-Ballesteros, R. (1998). Calidad de vida: Concepto y Contribución. En J. Adair, D. Belanger y K. Dion (Eds.), Avances en la Ciencia Psicológica (Vol 1). Sussex, UK: Psicología. Fernández-Ballesteros, R. (2000). Gerontología Social. Madrid: Pirámide. Fernández-Ballesteros, R. (2004). La psicología de la vejez. Encuentros multidisciplinares, 6(16), 11-22. Fernández-Ballesteros, R. (2009). Envejecimiento activo, contribuciones de la Psicología. En F. J. Labrador (Director) Colección Psicología. Madrid: Pirámide, 21-39, 178-190, 193-223. Fernández-Ballesteros, R. & Calero, M. D. (1995). “Training effects on intelligence of olders persons”. Archives of Gerontology and Geriatrics, 22, 135-148. Fernández-Ballesteros, R., Zamarrón, M.D. y Maciá, A. (1996). Calidad de vida en la vejez en distintos contextos. Ministerio de Trabajo e inmigración. Fernández-García, T. y Ponce de León-Romero, L (2013). “Envejecimiento activo: recomendaciones para la intervención social desde el modelo de gestión de casos”. Portularia. Revista de Trabajo Social, XII (1), 87-97. Fernández-Merino, M. C. et al. (2003). “Autopercepción de la salud en ancianos y mortalidad a los 5 años. Estudios en una comunidad rural”. Revista Española de Geriatría y Gerontología, 38, 311-315 Ferrándiz, P. (1997). Psicología del aprendizaje. Madrid: Síntesis. Fierro, A. (1994). Proposiciones y propuestas sobre el buen envejecer. En J. Buendía (Comp.) Envejecimiento y Psicología de la Salud. Madrid: Siglo XXI. Fong, E. y Adela, J. (2006). Consejos útiles para ancianos y sus familiares. Santiago de Cuba. Ed. Oriente Francés, J. y Santacreo, O. (2005). “Modelos estructurales en Investigación Social. LISREL: programación en Simplis”. Manual de prácticas para Técnicas de Investigación Social III. Dpto. Sociología II, Universidad de Alicante. Franco Módenes, P. y Sánchez Cabaco, A. (2008). “Saber envejecer: aspectos positivos y nuevas perspectivas”. Foro de educación, 10(1), 369-383. Franklin, N. C. y Tate, C. H. (2009). “Lifestyle and Successful Aging: An Overview”. American Journal of Lifestyle Medicine, 3(1), 6-11. Freeman, E. (1979). “Aging, it´s history and literature”. Human Science Press. Fries, J. F. (1989). Aging well. Reading: Mass.: Addison-Wesley Pub. Fries J. F. & Crapo L. M. (1981). Vitality and Aging: Implications of the Rectangular Curve. San Francisco: W.H. Freeman. Furst, E. J. y Steel, B. L. (1986). “Motivattional orientations of older adults in university courses as described by factor and cluster analisis”. Journal of Experimental Education, 54, 193-201. Gal, D. L., Santos, A. C. y Barros, H. (2005). “Leisure-time versus full-day energy expenditure: A cross-sectional study of sedentarism in a Portuguese urban population”. BMC Public Health, 5, 16-23. Galbraith, J. K. (1958). “How much should a country consume?” In H. Jarred. (Ed.), Perspectives on conservation. Baltimore: The Johns Hopkins Press, 89-99. Garcia, J. C. (2003). La vejez. El grito de los olvidados. México: Plaza y Valdez. Gázquez Linares, J. J., Yuste Rossell, N., & Pérez Fuentes, M. D. C. (2005). Revisión de las hipótesis biológicas que explican el envejecimiento. Anales de Psicología, 21(2), 323-327. George, L. K. y Bearon, L. B. (1980). Quality of life in older persons: Meaning and measurement. Human Science Pr. Gergen, M. M., & Gergen, K. J. (2001). “Positive aging: new images for a new age”. Aging International, 27(1), 3-23. Giró, J. (2004). “El significado de la vejez”. En J. Giró (coord.) Envejecimiento y Sociedad: una perspectiva multidisciplinar, Logroño: Universidad de la Rioja, 19-45. Giusti, L. (1991). Calidad de vida, estrés y bienestar. San Juan, Puerto Rico: Editorial. Goldfarb, A. (1965). Psychodinamycs and the three generation family. En E. Shanas y G. F. Sreib (Dir.), Social structure and the family (pp. 10-45). New Jersey: Englewood Cliffs. Gómez-Carroza, T. (2003). Hesteroestereotipos y autoestereotipos asociados a la vejez en Extremadura. Tesis doctoral no publicada. Universidad de Extremadura. Gómez, M. y Sabeh, E.N. (2001). “Calidad de Vida. Evolución del concepto y su influencia en la investigación y la práctica”. Salamanca: Instituto Universitario de Integración en la Comunidad, Facultad de Psicología, Universidad de Salamanca. Gorard et al. (2001). “Lifelong learning trajectories: some voices of those in transit”. International Journal of lifelong Education, 20, 169-187. Guirao, M. y Sánchez, M. (1997). “Los programas universitarios para mayores en España”. En A. Lemieux. Los programas universitarios para mayores: enseñanza e investigación. Madrid: IMSERSO, 145-153. Gutiérrez, M., Serra, E. y Zacares, J. J. (2006). Envejecimiento óptimo. Perspectivas desde la psicología del desarrollo. Valencia: Promolibro. Gyarmati, G. (1992). “Reflexiones teóricas y metodológicas en torno a la participación”. Estudios sociales 73, 9-30. Ham Chande, R. (2003). Envejecimiento en México. México:Colegio de la frontera norte. Hayflick, L. (1999), Cómo y por qué envejecemos. Barcelona: Herder. Havighurst,R.(1961): Successful aging. Gerontologist, 1, 8-13. Havighurst, R. y Albrecht, R. (1953). Older people. London: Longmans, Green. Herranz, I. et al. (2013). “La actividad física como elemento de participación y calidad de vida en las personas mayores. Escritos de Psicología”, 6(2). Hétu, J. L. (1988). Psychologie du vieilissement. Montreal: Édition du Meridien. Hillmann, K. H. (2001). Diccionario Enciclopédico de Sociología. Barcelona: Herder. Hoffman, L., Paris S. Hall. E. (1996). Psicología del Desarrollo Hoy. Mc. Grow-Hill. Madrid, 23-45. Houle, C. O. (1961). The inquiring mind. Madison. WI: University of Wisconsin Press. Horn, J. L. & Cattell, R. B. (1966). “Refinement and test of the theory of fluid and crystallized intelligence”. Journal of Educational Psychology, 57, 253-270. Hooyman, N.R. (2005). Social gerontology: a multidisciplinary perspective (7th Edition). Boston: Allyn and Bacon. Hulicka, J. M & Grossmann, J. L. (1967). “Age-group comparisons for the use of mediators in paired-associate learning”. Journal Gerontology, 22, 46-51. IMSERSO (2008), La participación social de las personas mayores. Colección Estudios. Serie Personas Mayores,11005. Madrid. Jamieson, A., Miller, A. y Stafford, J. (1998). “Education in a life course perspective: continuities and discontinuities”. Education and Aging, 13, 213-228. Jarvis, P. (2002). “Globalisation, Citizenship and the Education of Adults in Contemporary Society”. En M. Schweisfurth, L. Davies & C. Harber (eds). Learning Democracy and Citizenship: International Experiences, Oxford: Symposium Books. 291-299. Jarvis, P. y Walker, J. (1997). “When the process becomes the product. Summer universities for seniors”. Education and Ageing, 12, 60-68. Juárez, M. (1997). “Política social para mayores”, en C. Alemán y J. Gárces (eds.). Política Social. Madrid: Mc Graw-Hill. págs. 447-478. Juncos, O., y Pereiro, A. X. (2002). “Diferencias de edad en la ejecución de una tarea de atención divido. Revista de Psicología General Aplicada, 55(4), 564-574. Jung, C. G. (1933). Modern man in search of a soul. New York: Harcouet Brace. Kaplan, G.A. y Strawbridge, W.J. (1994). “Behavioral and social factors in healthy aging”. En R. P. Abeles y H.C. Gift (Eds.). Aging and quality of life. Springer series of life styles and issues in aging (pp.57-78). New York, NY, US: Springer Publishing, Co, Inc. Katschnig, H. (2000). “Utilidad del concepto de calidad de vida en psiquiatria”. En H. Katschnig, H. Freeman y N. Sartorius (dir.): Calidad de vida en los trastornos mentales. Barcelona: Masson. Langarica, R. (1985). Gerontología y Geriatría. México: Interamericana. Lansing, A. I. (1959). General biology of senescence. En J. E. Birren (Ed.), Handbook of aging and the individual (pp. 119-135). Chicago: Chicago University Press. Lazarsfeld et. al (1944). The people choice. Nueva York. Columbia University Press. Leplége A. y Hunt S. (1997). “The problem of quality of life in medicine”. JAMA, 278(1), 47-50 Lehr, U. (1982). “Socio-psychological correlates of longevity”. Annual Review of Gerontology and Geriatrics, 3, 102-147. Lehr, U. y Polhamann, S. (2004). “Participación de las personas mayores en el mercado de trabajo y en la sociedad”. Revista Española de Geriatría y Gerontología, 39, 180-184. Lemieux, A. (1997). Los programas universitarios para mayores: enseñanza e investigación. Madrid: IMSERSO. Lemon, B. et al. (1972). “An exploration of the activity theory of aging Activity types and life satisfaction among in-movers to a retirement community”. Journal of Gerontology, 27, 511-523. Levi, L. y Anderson, L. (1980). La tensión psicosocial. Población, ambiente y calidad de vida. México, DF.: Manual Moderno. Li, L. W., Seltzer, M.M. y Greenberg, J.S. (1997). “Social support and depressive symtoms: Differencial patterns in wife and daughter caregivers”. Journals of Gerontology: Series B: Psycological Sciences and Social Sciences. 56b(6), S335-342. Lipset, S.M. y Rokkan, S. (Eds.) (1967). Party systems and voters alignments: cross national perspectives. Nueva York, Free Press. López, G. (2014). Autonomías: democracia o contrainsurgencia. Ediciones Era. Lorenzo, J. y Fontan, L. (2003). “Las fronteras entre el envejecimiento congnitivo normal y la enfermedad de Alzheimer: El concepto de deterioro cognitivo leve”. Revista Médica del Uruguay, 19(1), 4-13 Maddox, G. L. y Eisdorfer, (1962). “Somes correlates of activity and morale among the ederly”. Social Forces, 40, 254-260. Maldonado, A. (1998). Aprendizaje, cognición y comportamiento humano. Madrid: Biblioteca Nueva. Manheimer, R. J. (2002). “La educación para mayores en los Estados Unidos: tendencias y programas de desarrollo” En VV.AA., Los modelos marco de programas Universitarios para Mayores. Alicante: Universidad Permanente de Alicante.111 -121. Manheimer, R. J. y Moskow-McKenzie, D. (1995). “Transforming older adult education: An emerging paradigm from a nationwide study”. Educational Gerontology, K, 613-632. Martin, M.T. et. al. (2012). “Sobre la educación inclusiva en España: políticas y prácticas”. Intersticios. Revista sociológica de pensamiento crítico, 6(1). Martínez, A.; Gil, L.; Serrano, P. y Ramos, J. M. (Coords.) (2009). Nuevas miradas sobre el envejecimiento. Colección Manuales y Guías Serie Personas Mayores nº 31005. Madrid: Ministerio de Sanidad y Política Social (IMSERSO), 395-449. Martin, A. V. y Requejo, A. (2005): “Fundamentos y propuestas de la educación no formal con personas mayores”. Revista de Educación, nº 338, 45-66. Maas, H. S. & Kuypers, J. A. (1974). From thirty to seventy: A forty-year study of adult life styles and personality. San Francisco: Jossey-Bass. McDonald, J. (1996). “Community participation in an Australian retirement village”. Australian Journal on Aging, 15(4), 164-171. McDowd, J. M. & Craik, F. I. M. (1988). “Effects of aging and task difficulty on divided attention performance. Journal of Experimental Psychology”: Human Perception and Performance, 14, 267-280. Medvedev, Z.A. (1990). “An attempt at a rational classification of theories of ageing”. Biological Review, 65, 375–398. Mehrota, C.M. (2003). “In defense of offering educational programs for older adults”. Eduactional Gerontology, 29, 645-655. Millán, J. C. y Santos, M. A. (2006). “Gerontología Educativa”. En J. C. Millán (Dir.). Principios de Geriatría y Gerontología. Madrid: MacGraw-Hill Interamericana, 173-192. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales (1992). Plan Gerontológico Nacional. Madrid. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales (2003). Plan de Acción para las personas mayores, 2003-2007. Madrid: IMSERSO Mishara, B. L. y Riedel, R. G. (1986). El proceso de envejecimiento. Madrid: Ediciones Morata. Mitchell, J.M. y Kemp, B.J. (2000). “Quality of life in assisted living homes: A multidimensional analysis”. Journal of Gerontology, 55b(2), 117-127. Monreal, P y Vilá, A. (2008). “Programa Integral de Atención a las Personas Mayores en una zona rural”. Anuario de Psicología, 99(3), 351-370. Montorio, I., y Izal, M. (1992). “Bienestar psicológico en la vejez”. Revista de Gerontología, 3, 145-154. Montorio, I.; Izal, M.; Sánchez, M. y Losada, A. (2002). “Dependencia y Autonomía funcional en la vejez. La profecía que se autocumple”. Revista Multidisciplinar de Gerontología, 2(12), 61-68. Montoro, J. (1988). “Actitudes hacia las personas mayores y discriminación basada en la edad”. Revista Multidisciplinar de Gerontología, 8(1), 21-30. Montoya, J. M. (2003). Actas del Congreso Educación y Personas Mayores: una sociedad para todas las edades. UNED Moreno, C. M., Vicente, E. S., & Martínez, C. E. (1998). “Revisión histórica del concepto de inteligencia: una aproximación a la inteligencia emocional”. Revista Latinoamericana de Psicología, 30(1) Moreno, B. y Ximenez, C. (1996). Evaluación de la calidad de la vida. En G, Buela-Casal, Caballo V. E, Sierra J. C (Eds.) Manual de Evaluación en Psicología Clínica y de la Salud. Madrid: Siglo XXI, 1045-70. Morfi Samper, R. (2007). “Atención del personal de enfermería en la gerontología comunitaria en Cuba”. Revista Cubana de Enfermería, 23(1). Morganti, J. B., Nehrke, M. F., Hulicka, I. M., y Cataldo, J. F. (1988). “Life-span differences in life satisfaction, self-concept, and locus of control”. The International Journal of Aging & Human Development. Motte, C. y Muñoz, J. (2006). “Envejecimiento social”. En: MUÑOZ, J. (2006). Psicología del Envejecimiento. Madrid: Pirámide. Mroczek, D.K., y Kolarz, C.M. (1998). “The effect of age on positive and negative affect: a developmental perspective on happiness”. Journal of personality and social psychology, 75(5), 13-33. Muchinik, E. (1990). Las redes sociales de apoyo. Rev Argent Clín Psicol, 2, 174-81. Muñoz, T. y Alix, M. C. (2002). “Psicología del envejecimiento e intervención psicosocial”. En T. Muñoz, (Ed.), Psicología del envejecimiento. Madrid: Pirámide, 19-28. Myers, D. G. (2005). Psicología. Madrid: Editorial Médica Panamericana. Nascimento, T, Taveres, S.S. y Cachioni, M. (2011). “Síntomas de prepresivos en adultos mayores participantes de una universidad abierta a la tercera edad”. Revista Española de Geriatría y Gerontología, 46(5), 250-255. Neugarten, B. L. (1964). Personality in Middle and Late Life Empirical Studies. Altherton Press. Neugarten, B. L. (1999). Los significados de la edad. Barcelona: Herder. Neugarten, B. L., Havighurst, R. J., & Tobin, S. S (1968). “Personality and patterns of aging”. In B. L. Neugarten (Ed.), Middle age and aging: A reader in social psychology. Chicago: University of Chicago Press. Nieto, J. et al. (1998). “Dimensiones psicosociales mediadoras de la conducta de enfermedad y la calidad de vida en la población geriátrica”. Anales de Psicología, 4, 75-81. Norris, P. (Ed.) (1999). Critical Citizens. Global support for democratic governance. Oxford: Oxford University Press. Odonne, M. J. (2013). “Antecedentes teóricos del envejecimiento activo. Informes envejecimiento en red, 4, CSIC Olechowski, R. (1969). Das alternde Gedächtins. Lernleistung und Lernmotivation Erwachsener. Huber, Berna, Stuttgart. Olshansky, J. S.; Carnes, B.A. & Desesquelles, A. (2001), “Prospects for human longevity”. Science, 292, 1654-1655. Organización Mundial de la Salud (2002). Active Aging. Geneva: WHO. Ortega, J.A. (2001). “Revisión de conceptos demográficos en Contribuciones a la economía de La Economía de Mercado, virtudes e inconvenientes” http://www.eumed.net/cursecon/colaboraciones/index.htm [28/03/2014]. Osorio, A.G. et al (2010). “La promoción de la salud como estrategia para el fomento de estilos de vida saludables”. Revista Hacia la Promoción de la Salud, 15(1), 128-143. Otero, A., García de Yébenes, M. J. y Rodríguez-Laso, A. (2003). “Unmet home care needs among disabled elderly in Spain”. Aging: Clinical and Experimental Research, 15(3), 581-586. Pahr, S. y Putman, R. (Eds.) (2000). Disaffected democracies. What´s troubling the trilateral countries?. Princeton: Princeton University Press. Palmore, E. B. (1995). “El éxito del envejecimiento”. En G. L. Maddox (Ed.), Enciclopedia del envejecimiento: Un recurso completo en gerontología y geriatría. Nueva York: Springer, 914-915. Palacios, J., & Marchesi, A. (1991). Inteligencia y memoria en el proceso de envejecimiento. Carretero, M., Palacios, J. y Marchesi, A.(Comp.), Psicología evolutiva. Adolescencia, madurez y senectud. Madrid: Alianza. Palmore, E. B., & Manton, K. (1974). Modernization and status of the aged: International correlations. Journal of Gerontology, 29(2), 205-210. Patricia M.; Iglesias-Souto, E.; Taboada, A.; Dosil, J. F. (2009). “Conocimiento y expectativas de las personas mayores sobre los servicios sociales dirigidos a este colectivo en la Comunidad Autónoma de Galicia”. Revista Española de Geriatría y Gerontología, 43(6), 353-361. Parra, J. M. A., Hernández, J. Á., Campoy, J. M. F., García, D. S., & Gallardo, E. R. P. (2013). Investigación sobre envejecimiento activo y ocupación como fuente de salud y calidad de vida. International Journal of Developmental and Educational Psychology: INFAD. Revista de Psicología, 1(2), 147-154. Pereiro, A. y Juncos, O. (2001). “Estudio evolutivo de capacidades atencionales en adultos y ancianos”. En C. Méndez; D. Ponte; L. Jiménez y M. J. Sampedro. La atención (vol II). Colección Psicobiología y Salud. Valencia: Promolibro. Pérez Ortiz, L. (2006). La estructura social de la vejez en España. Nuevas y viejas formas de envejecer. Madrid: IMSERSO. Pérez Serrano, G. (Coord.) (2006). Calidad de Vida en Personas Mayores. 2ª Edición. Madrid: Dykinson, 39-50. Pérez Salanova, M. (2004). Les polítiques d’envelliment i la gent gran. Repensar la intervenció social, 2, 51-58. Pérez Salanova, M. (2001). “Envejecimiento y participación. ¿Necesitamos nuevos enfoques?”. Intervención Psicosocial, 10(3), 285-294. Pérez-Díaz, J. (2005). “Consecuencias sociales del envejecimiento demográfico”. Papeles de Economía Española, 104(1), 210-226. Pérez-Díaz, J. (2006). “Demografía y envejecimiento”. Madrid, Portal Mayores, Informes Portal Mayores, nº 51. Lecciones de Gerontología. En http://www.imsersomayores.csic.es/documentos/documentos/perezdemografia-01.pdf. [22/3/2015] Perlmutter, M., Adams, C., Berry, S., Kaplan, M. & Pearson, D. (1987). “Aging and memory”. Annual Review of Gerontology and Geriatrics, 7, 57- 92. Pinazo, S. (2013). “Envejecimiento activo y solidaridad intergeneracional”. Informació Psicològica, 105, 4 -13. Pinazo, S. y Kaplan, M. (2007). “Los beneficios de los programas intergeneracionales”. En Programas Intergeneracionales, Hacia una sociedad para todas las edades. Colección de estudios sociales, Nº. 23. Obra Social. Fundación La Caixa. Pinazo, S., Bendicho, J. y Ferrero, C. (2002). “Los recursos formativos para personas mayores en la Comunidad Valenciana”. En VV.AA., Los modelos marco de programas Universitarios para Mayores. Alicante: Universidad Permanente de Alicante, 319-334. Pinillos, J. L. (1987). Principios de Psicología. Madrid: Alianza. Piña Morán, M. (2004). Gerontología social aplicada. Visiones estratégicas para el Trabajo Social. Editorial Espacio. Bs. As. 2004. Point Geis, P. (1997). Tercera Edad, Actividad Física y Salud. Teoría y Práctica. Barcelona: Paidotribo. Plude, D. J. & Hoyer, W. J. (1985). Attention and performance: Identifying and localizing age deficits. In N. Charness (Ed.), Aging and Performance. Nueva York: Wiley. Prieto O. y Vega E. (1996). Temas de Gerontología. Ed. Científico-Técnica, Habana. Pujol, R. et al. (2014). “Un perfil de las personas mayores en España, 2014. Indicadores estadísticos básicos”. Informes Envejecimiento en Red, CSIC, Nº 6. Quintero, G., & Prieto, O. (1996). “Calidad de vida y envejecimiento”. En Prieto O, Vega E. Temas de gerontología. La Habana: Editorial Científica Técnica. Rabbitt, P. M. A. (1965). “Age and discrimination between complex stimuli”. In Welford, A.T. y Birren, J.E (Eds). Behavior, Aging and the Nervous System. Springfield: Charles C. Thomas. Ramos, A. L. (2006). Técnicas de Análisis Demográficos. Málaga: Grupo Eumed. Ramiro, D. (Coord.) (2012). Una vejez activa en España. Grupo de Población del CSIC. Madrid. EDIMSA. Reig-Ferrer, A. (2000a). “La calidad de vida en gerontología como constructo psicológico”. Revista Española de Geriatría y Gerontología, 35(S2), 5-16. Reig-Ferrer, A. (2000b). “Psicología de la vejez. Comportamiento y adaptación”. En: R. Fernández-Ballesteros (Dir.) Gerontología social. Madrid. Pirámide, 201-223. Rice, F. P. (1997). Desarrollo humano: estudio del ciclo vital. Pearson Educación. Rodríguez-Sanz, M., Carrillo, P. y Borrell, C. (2006). Informe Desigualdades sociales en la salud, los estilos de vida y la utilización de los servicios sanitarios en las Comunidades Autónomas, 1993-2003. Madrid: Observatorio de Salud de la Mujer. Rodríguez-Marín, J., Pastor, M., & Lopez-Roig, S. (1993). Afrontamiento, apoyo social, calidad de vida y enfermedad. Psicothema, 5(Suplemento), 349-372. Rodríguez-Marín, J. (1995). Psicología Social de la Salud. Madrid: Síntesis. Rodríguez-Marín, J. (2001). Psicología social de la salud. Síntesis. Rodríguez-Marín, J. y Neipp, M. C. (2008). Psicología social de la salud. Madrid: Síntesis. Rodríguez, V. R. et al. (2012). “Envejecimiento. La investigación en España y Europa”. Revista Española de Geriatría y Gerontología, 47(4), 174-179. Rojas Marcos, L. (2007). La fuerza del optimismo. Madrid: Aguilar. Romero, J. (2010). “Construcción residencial y gobierno del territorio en España. De la burbuja especulativa a la recesión. Causas y consecuencias”. Cuadernos geográficos de la Universidad de Granada, 47(2), 17-46. Rose, A. (1965). “The subculture of aging: A framework for research in social gerontology”. En A. Rose y W. Peterson (Eds.), Older people and their social world. Philadelphia: Daws. Rosow, 1.(1974). Socialization to old age. Berkeley: University of California Press. Rotter, J. B. (1966). Generalized expectancies for internal versus external control of reinforcement. Psychological Monograph, 80(1), 609. Rowe, J.W. y Khan, R.L. (1987). “Human aging: Usual and successful”. Science, 237, 143-149. Rowe, J. W. y Khan, R. L. (1997). Successful aging. The Gerontologist, 37, 433-440. Ruiz M. A. & Baca, E. (1993). ”Design and validation of the Quality of Life Questionnaire (ccv). A Generic Health-related perceived Quality of Life Instrument”, European Journal of Psychological Assessment. Ruiz, J. M. (2002). “Mejore su memoria. Siempre hay tiempo”. En R. Fernández-Ballesteros (Dir.), Vivir con Vitalidad. Tomo III. Cuide su mente. Madrid: Pirámide. Sáez, N., Meléndez, J. C., & Aleixandre, M. (1995). Prácticas de Gerontopsicología. Ed. Promolibro. Valencia. 1995. Slaikeu, K.: Intervención en crisis. Ed. El Manual Moderno. México, DF 1988. Sáez, N., Rubio R., Dósil, M. (1996). Tratado de psicogerontología. Valencia. España: Promolibro. Salvareza, L. (1998). La vejez, una mirada gerontológica actual. Ed. Paidós, Buenos Aires, Argentina, 1998. Sánchez, M.; Kaplan M.; y Sáez, J. (2010). Programas intergeneracionales. Guía introductoria. Colección Manuales y Guías Serie Personas Mayores nº31009. Madrid; Ministerio de Sanidad y Política Social (IMSERSO). Sánchez-Sosa, J. y González-Celis, A. (2005). “Evolución de la calidad de vida desde la perspectiva psicológica”. En V. E. Ceballo (Dir.). Manual para la evaluación clínica de los trastornos psicológicos. Trastornos de la edad adulta e informes psicológicos. Madrid: Pirámide, 473-492. Sander, B. (1994). “Gestión educativa y calidad de vida en la Educación”. Revista interamericana de desarrollo educativo, 118(2), 237-264. Sandouvete, S. y Alarcón, D. (2004). “Avances metodológicos para la mejora de la calidad de vida de los programas de intervención dirigidos a personas mayores”. XLVI Congreso de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología. Las Palmas de Gran Canaria. SanMartín, H. (1985). Crisis mundial de la salud. Madrid: Ciencia-3. Scala, M. A. (1996). “Going back to school: participation motives and experiences of older adults in an undergraduate classroom». Educational Gerontology, 22, 747-774. Schalock, L. R. (2005). “Introduction and overviewin the special issue”. Journal of Intellectual Disability Research, 49(9), 695-698. Schalock, L. R. (2006). “La calidad de vida como agente del cambio: Oportunidades y retos”. En Verdugo, A. y Jordan, FB. (Coords). Rompiendo inercias. Claves para avanzar. Vl Jornadas Científicas de Investigación sobre Personas con Discapacidad. Salamanca, 15-54. Schlagman, S. et al. (2006). “A content analysis of involuntary autobiographical memories: Examining the positivity effect in old age”, Memory, 14, 161-175 Schulz, R. y Heckhausen, J. (1996). “A life-span model of successful aging”. American Psychologist, 51, 702-714. Schartzmann, L. (2003). “Calidad de vida relacionada con la salud: Aspectos conceptuales”. Ciencia y Enfermería, 9(2), 9-21. See, J.E., Howe, S. R. Warmm, J. S., & Dember, W. N (1995). “Meta-analysis of the sensitivity decrement in vigilance”. Psychological Bulletin, 117(2), 230-249. Shock, N.W. (1977). “Biological teories of aging”. In Birren & Schaie, K.W. (Eds.). Handbook of the Psichology of Aging. New York: Van Nostrand Reinhold. Siegrist, J., Knesebeck, O., y Pollack, C. E. (2004). “Social productivity and well-being of older people. A sociological exploration”. Social Theory and Health, 2, 243-263. Singer, J. et al. (2007). “Older, wiser, and happier? Comparing older adults and college students”. Self-defining Memories. Memory, 15, 886-898. Sitges, E. y Bonete, B. (2011). “Estado emocional y satisfacción de un programa universitario para mayores”. Revista de Psicología, 1(4), 133-142. Sitges Maciá, E., & Bonete López, B. (2014). “Desarrollo de un programa psicoeducativo en inteligencia emocional para cuidadores principales de enfermos de Alzheimer”. European Journal of investigation in health, psychology and education, 4(3). Latorre, J. M., Serrano, J. P., Ricarte, J., Bonete, B., Ros, L., & Sitges, E. (2015). Life review based on remembering specific positive events in active aging. Journal of aging and health, 27(1), 140-157. Solé, C. et al. (2005). La educación en la vejez: razones para participar en programas educativos y beneficios que se obtienen”. Revista de Ciencias de la Educación, 203, 1-7 Sorenson, H. (1930). “Adult ages as a factor in learning”. Journal of education Psychology, 21, 451-459. Squire, L. R. (1986). “Mechanisms of memory”. Science, 232, 1612-1619. Squire L. R. & Cohen N. J. (1984). “Human memory and amnesia”. In G. Lynch, J. L. McGaugh y N. M. Weinberger (Eds.), Neurobiology of learning and memory. New York: Guilford Press, 3-64. Stankov, L. (1988). “Aging, attention and intelligence”. Psychological and Aging, 3, 59-74. Sternberg, R. J. (Ed.) (2000). Handbook of intelligence. Cambridge: Cambridge University Press. Swindell, R. (1993). “The University of the Third Age in Australia: a model for successful ageing”. Ageing and Society, 13, 245-266. Teixeira, R. (1992). The disappearing American voter. Washington. Brookings. Thompson, D. N. (1997). “Contributions to the history of psychology. On aging and intelligence: History teaches a different lesson”. Perception and Motor Skills, 85, 28-30. Thonse, J (1985). Hacia el bienestar de los ancianos. Buenos Aires: OPS,. (Pub. cient., 492). Toumier, P. (1961). Escape from loneliness. Philadelphia: Westminster Press. Triadó, C y Villar, F. (Coord.) (2007), Psicología de la Vejez. Madrid: Alianza Editorial. Triadó, C. y Villar, F. (2008). Envejecer en positivo. Girona: Aresta. Bellcaire D´Empordà, 133-152. Troyansky, D.G., (1983) “Old age in eighteenth-century France”, tesis de doctorado, Brandeis:Brandeis University. Unger, J.B.; Johnson, C.A., y Marks, G. (1997). “Functional decline in the elderly: Evidence for direct and stress-buffering protective effects of social interactions and physical activity. Annals of Behavioral Medicine 19(2), 152-160. Vaillant, G. E. (1977). Adaptation to life: How the best and the brightest came of Boston: Little Brown. Vaillant, G. E. y Vaillant, C. O. (1990). “Natural history of male psychology health, XII: A 45- year study of predictors of successful aging at age 65”. American Journal of Psychiatry, 147, 31-37. Valle, J. E. (2004). “Educación permanente: los programas universitarios para mayores en España como respuesta a una nueva realidad social.”. Revista de la Educación Superior, 43(171). Vázquez, E. R. (2014). Envejecimiento en España: percepción, auto-percepción y participación política: El Envejecimiento de la población en España y Japón: estudio comparativo y posibles implicaciones para Europa y Asia Pacífico. Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca. Velarde-Jurado, E. y Ávila-Figueroa, C. (2002). “Consideraciones metodológicas para evaluar la calidad de vida”. Salud Pública Mex, 44, 448-463 Velascos, M. L. y Sinibaldi, J. (2001). Manejo del enfermo crónico y su familia: sistemas, historias y creencias. México: Manual Moderno. Vellas, P. (1974). Les chances du 3áge. Edition Stock Collection “Médicine Ouverte”. Verba, S. y Nie, N.H. (1972). Participation in America: Political democracy and social equality. Chicago: The University of Chicago Press. Victor, C. R. (1994). Historical and cultural perspectives on ageing. In Old Age in Modern Society (pp. 58-73). Springer US. Villar, F. (2005). “El enfoque del Ciclo Vital: hacia un abordaje evolutivo del envejecimiento”. En S. Pinazo y M. Sánchez (Dir.), Gerontología. Actualización, innovación y propuestas. Madrid: Prentice-Hall (Pearson Educación), 147-184. Villar, F. (2006). “Evaluación de programas universitarios para mayores: Motivaciones, dificultades y contribuciones a la calidad de vida demanda y prestación de ciudados en el seno familiar”. IMSERSO-CSIC. Madrid: Estudios I+D+i, nº.50 Villar, F., Triadó, C., Sole, C. y Osuna, M. J. (2006). “Patrones de actividad cotidiana en personas mayores: ¿es lo que dicen hacer lo que desearían hacer?”. Psicothema, 18, 149-155. Villar, F. et al. (2010). “Reasons for Older Adult Participation in University Programs in Spain”. Educational Gerontology, 36, 244-259. Vinaccia, S. y Orozco, L. M. (2005). “Aspectos psicosociales asociados con la calidad de vida de personas con enfermedades crónicas diversas”. Perspectivas en Psicología, 1(2), 125-137. Vinuesa, J. (2004). “Análisis del envejecimiento demográfico”. Encuentros Multidisciplinares, 16(6), 30-37. Wadensten, B. (2006). “An analysing of psychosocial theories of ageing and their relevance to pratical gerontological nursing in Sweden”, Scandinavian Journal of Caring Sciences, 20, 347-354. Walker, A. (1996). “Actitudes europeas ante el envejecimiento y las personas mayores”. Revista Española de Investigaciones Sociológicas, 73, 17-42. Wattenberg, M. (2000). The decline of party mobilization. En Dalton, R.J y Wattenberg, M. Parties without partisans. Nueva York: Oxford Universtiy Press. Withall, A. (2000). Older learners – issues and perspectives. Working Papers of the Global Colloquium on Supporting Lifelong Learning. En http://www.who.int/whr/2002/en/. [23-06-2014]. Wright Mills, C. (1963). Power, politics, and people: The collected essays of C. Wright Mills. Oxford University Press. USA. Wolfgang, M. E., & Dowling, W. D. (1981). Differences in motivation of adult and younger undergraduates. The Journal of Higher Education, 640-648. Yanguas, J. J. (2006). Análisis de la calidad de vida relacionada con la salud en la vejez desde una perspectiva multidimensional. Madrid: IMSERSO, Colección Estudios: Serie Personas Mayores. Zamarrón, M. D. (2006). El Bienestar subjetivo en la vejez. Madrid: Informe Portal Mayores, nº52. Lecciones de Gerontología. Zarit, S. H., Reever, K. E., & Bach-Peterson, J. (1980). Relatives of the impaired elderly: correlates of feelings of burden. The gerontologist, 20(6), 649-655